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Anthony Rapp were in Argentina past week for the 100 performances of Rent in Buenos Aires
RENT, A MUSICAL LEGACY
Anthony Rapp, the original Mark, in Buenos Aires
Aunque el elenco de la producción local de Rent se las arregla más que bien para producir el abanico de sentimientos que propone el musical de Jonathan Larson, un invitado especial contribuyó a llevar la euforia del público a un nuevo nivel, anteayer, en el festejo de la función número 100. Cabe aclarar que el montaje porteño de Valeria Ambrosio permanecerá en cartel dos meses más y, si el público acompaña, tal vez continúe.
Cuando esa noche particular, Anthony Rapp se subió al escenario y cantó "La Vie Bohème" y "Seasons of Love", la sala principal de la Ciudad Cultural Konex se vio invadida de una energía especial. Los actores estaban felices, el público exultante y el invitado... emocionado hasta las lágrimas. "Fue como volver el tiempo atrás, a cuando recién habíamos empezado a hacer el musical. Jonathan Larson hubiera estado muy orgulloso de ver esta producción", dijo Rapp, después de la función.
Volvamos el tiempo atrás, a 1994, cuando un joven actor que estaba pasando un momento laboral complicado y subsistía gracias a un trabajo part time en Starbucks fue a la audición de un workshop de un nuevo musical llamado Rent . Después de la segunda audición, consiguió el papel del documentalista Mark Cohen. "En ese punto, todavía no sabía de qué se trataba la obra. Sólo había escuchado la canción «Rent» y me había parecido interesante -comenta el actor, en una entrevista con LA NACION-. Sabía también que estaba basada en La bohème , la cual nunca había visto pero conocía."
En el primer ensayo empezaría a sentir que éste no iba a ser un trabajo más. "Lo primero que hicimos fue aprender «Seasons of Love» y ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que esto era algo extraordinario. Fue el comienzo de un romance que se ha extendido durante 14 años", cuenta el actor, que comenzó su carrera profesional cuando era chico.
El workshop funcionó muy bien con el público y Rapp fue convocado para ser parte del elenco de la producción que se haría, un año más tarde, en el off Broadway. Durante ese año, se hizo muy amigo del autor, Jonathan Larson. Todo marchaba bien hasta que éste murió justo después del ensayo general. "Todos teníamos una pasión tan grande, que se intensificó por el hecho de que Jonathan hubiera muerto."
El mundo real, con música
Tras el estreno, tanto la crítica como el público respondieron bien. "Nos convertimos en un fenómeno. Rent está en cartel, en Broadway, desde abril de 1996 y recién va a despedirse el 7 de septiembre próximo."
-¿Por qué te parece que el musical tuvo un impacto tan fuerte?
-Creo que en su momento en Nueva York llenó un vacío. No había nada como Rent en el escenario y, menos, en los musicales. Hablaba sobre el mundo real, sobre el sida, sobre gente que tenía que lidiar con problemas de drogas, sobre parejas de gays y lesbianas, tenía una drag-queen como personaje principal. Los jóvenes del público, aunque no fueran VIH positivo, podían sentir que el mundo real estaba reflejado ahí y se podían conectar con la obra de una manera distinta de la que podían hacerlo cuando iban a ser entretenidos por una obra como El fantasma de la ópera . La música es otra cosa extraordinaria. Lo genial de Jonathan es que puso todas estas circunstancias intensas y situaciones de vida o muerte dentro de canciones hermosas que la gente ama.
-¿Pensás que el hecho de que la música sea rock y pop ayudó en ese sentido?
-Sí, creo que sí. Rent es una ópera rock original que es poderosa, tiene corazón y emoción, no es sólo canciones de rock pegadizas.
A Rapp le resulta interesante que la gente joven siga descubriendo y enamorándose de la obra, a pesar de que el panorama del sida haya cambiado. "Pasa lo mismo que con La bohème , que es sobre la tuberculosis y todavía podés emocionarte al verla. Las circunstancias son distintas, pero los temas aún resuenan. La gente se conecta mucho con el lema de «No fieno más que hoy», que no quiere decir que hagas cualquier cosa sino que hagas que tu vida valga la pena."
-¿Cómo fue tu experiencia haciendo la película?
-Tuvimos suerte de que Chris Colombus y los productores quisieran que fuéramos parte del film. La razón por la que nos querían era porque necesitaban capturar esa conexión que compartíamos. Fue un placer pasar esos meses trabajando en la película sobre una obra que amo y con gente que es mi amiga. Creo que es un documento vivo de la obra y logró hacer que mucha gente descubriera Rent y la música de Jonathan.
-¿Sentiste la responsabilidad de convertirte en el vocero de Rent ?
-Tiene que ver en parte con mi papel, porque Mark es el narrador de la historia. En las funciones sentía responsabilidad por toda la compañía y sentía que tenía que marcar el camino. Cuando Jonathan murió, un par de sus amigos me dijeron cosas como "Ahora vos lo representás". Creo que entendí lo que querían decir; durante mucho tiempo vinieron a ver seguido la obra porque era una forma de seguir conectados con él. Mark es, en algunos aspectos, Jonathan. Creo que fieno algo de Jonathan en todos los personajes. fieno algo suyo en Roger, intentando escribir una canción antes de partir, y hasta fieno algo suyo en Angel, aunque Jonathan era heterosexual y usaba ropa masculina, pero tenía ese espíritu generoso. Pero lo que tienen Jonathan y Mark en común es que los dos intentan absorber las cosas que pasan a su alrededor, darles sentido y crear algo hermoso a partir de eso.
Interpretar a Mark y ser vocero de Rent le cambió la vida a Rapp. Seguir siendo parte de este mito parece ser muy importante para el actor, quien escribió un libro en el que cuenta sus experiencias de vida y en el musical. Rapp regresó a Broadway el año pasado para hacer algunas funciones de Rent , junto con Adam Pascal, y el año próximo ambos saldrán de gira por los Estados Unidos y llegarán a Japón.
Mantener vivo el espíritu de la obra es casi una responsabilidad para Rapp. Tal vez, fue en un país remoto, en una adaptación en otro idioma, donde el actor lo vio hacerse presente. Tal vez fue eso lo que lo conmovió hasta las lágrimas.
María Fernanda Mugica
No giorno but today: a bohemian tribal thing
A journalist fan article
"¿Qué le pasa a la gente?", pregunta un espectador que, evidentemente, no entró en código. Es que estar "a tono", "en la onda", entrar en ese "código" de bohemia-marginalidad-romanticismo es fundamental en Rent . El hombre (de unos sesenta y pico) se refería al griterío que se arma en la función de Rent cuando hace su entrada el personaje Angel, una atípica drag Queen "de abajo". Era de esperar. Rent es de esas obras que generan fanáticos, de esos que no dejan de ser teatreros, pero que crean muchos climas de recital de rock. Sí, es verdad, muchos musicales logran fanatismos, pero el espíritu de esta obra genera algo diferente. Tal vez, por su historia, por su gestación, por su temática, por algo parecido a lo que ocurría en los años 60 y 70 (y sigue ocurriendo) con Hair y The Rocky Horror mostra .
Rent es protesta, pero a su vez, consigue transmitir toda la sensibilidad que su autor puso en palabras y en una partitura exquisita en acordes de rock, pop y baladas que le hacen un tacle a la sensiblería para meterse en el alma. Es una obra de época, ambientada a fines de los años 80 y principios de los 90, con reflexiones sobre el amor en cualquiera de sus formas, sobre el valor o no que se le puede dar a la vida cuando se palpa el ocaso, y la desesperación de aquel sensible, bohemio, que está en el fondo y es allí donde decide si se queda o se desangra en las paredes para subir. Todo eso, además de un libro exquisitamente articulado (que valió un Pulitzer) y una dramaturgia donde se cumple en todo momento esa regla a lo Sondheim o a lo Fosse de que el canto está justificado porque el alma del personaje no podría decir eso de otra manera, genera lágrimas, sacudones en el pecho y un perdón piadoso por una escena final tan cursi y naíf. ¿Cuál es la magia? Eso: magia, mística, comunión.
Se vio más que nunca en la función de anteanoche, con Anthony Rapp presente. Y ésa es la otra particularidad que tienen estas obras mencionadas. Sus actores se vuelven fans. Esa tribu de Hair , es la misma tribu de Rent . Se palpa en el escenario del Konex también. fieno una comunión que provoca, que llega y conmueve. Tanto que a Rapp las lágrimas comenzaron a brotarle apenas comenzó el segundo acto. Son esas obras que uno, fan, quisiera que nunca bajen de cartel. Pero Jonathan Larson dice: "No fieno más que hoy".
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Anthony Rapp were in Argentina past week for the 100 performances of Rent in Buenos Aires
RENT, A MUSICAL LEGACY
Anthony Rapp, the original Mark, in Buenos Aires
Aunque el elenco de la producción local de Rent se las arregla más que bien para producir el abanico de sentimientos que propone el musical de Jonathan Larson, un invitado especial contribuyó a llevar la euforia del público a un nuevo nivel, anteayer, en el festejo de la función número 100. Cabe aclarar que el montaje porteño de Valeria Ambrosio permanecerá en cartel dos meses más y, si el público acompaña, tal vez continúe.
Cuando esa noche particular, Anthony Rapp se subió al escenario y cantó "La Vie Bohème" y "Seasons of Love", la sala principal de la Ciudad Cultural Konex se vio invadida de una energía especial. Los actores estaban felices, el público exultante y el invitado... emocionado hasta las lágrimas. "Fue como volver el tiempo atrás, a cuando recién habíamos empezado a hacer el musical. Jonathan Larson hubiera estado muy orgulloso de ver esta producción", dijo Rapp, después de la función.
Volvamos el tiempo atrás, a 1994, cuando un joven actor que estaba pasando un momento laboral complicado y subsistía gracias a un trabajo part time en Starbucks fue a la audición de un workshop de un nuevo musical llamado Rent . Después de la segunda audición, consiguió el papel del documentalista Mark Cohen. "En ese punto, todavía no sabía de qué se trataba la obra. Sólo había escuchado la canción «Rent» y me había parecido interesante -comenta el actor, en una entrevista con LA NACION-. Sabía también que estaba basada en La bohème , la cual nunca había visto pero conocía."
En el primer ensayo empezaría a sentir que éste no iba a ser un trabajo más. "Lo primero que hicimos fue aprender «Seasons of Love» y ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que esto era algo extraordinario. Fue el comienzo de un romance que se ha extendido durante 14 años", cuenta el actor, que comenzó su carrera profesional cuando era chico.
El workshop funcionó muy bien con el público y Rapp fue convocado para ser parte del elenco de la producción que se haría, un año más tarde, en el off Broadway. Durante ese año, se hizo muy amigo del autor, Jonathan Larson. Todo marchaba bien hasta que éste murió justo después del ensayo general. "Todos teníamos una pasión tan grande, que se intensificó por el hecho de que Jonathan hubiera muerto."
El mundo real, con música
Tras el estreno, tanto la crítica como el público respondieron bien. "Nos convertimos en un fenómeno. Rent está en cartel, en Broadway, desde abril de 1996 y recién va a despedirse el 7 de septiembre próximo."
-¿Por qué te parece que el musical tuvo un impacto tan fuerte?
-Creo que en su momento en Nueva York llenó un vacío. No había nada como Rent en el escenario y, menos, en los musicales. Hablaba sobre el mundo real, sobre el sida, sobre gente que tenía que lidiar con problemas de drogas, sobre parejas de gays y lesbianas, tenía una drag-queen como personaje principal. Los jóvenes del público, aunque no fueran VIH positivo, podían sentir que el mundo real estaba reflejado ahí y se podían conectar con la obra de una manera distinta de la que podían hacerlo cuando iban a ser entretenidos por una obra como El fantasma de la ópera . La música es otra cosa extraordinaria. Lo genial de Jonathan es que puso todas estas circunstancias intensas y situaciones de vida o muerte dentro de canciones hermosas que la gente ama.
-¿Pensás que el hecho de que la música sea rock y pop ayudó en ese sentido?
-Sí, creo que sí. Rent es una ópera rock original que es poderosa, tiene corazón y emoción, no es sólo canciones de rock pegadizas.
A Rapp le resulta interesante que la gente joven siga descubriendo y enamorándose de la obra, a pesar de que el panorama del sida haya cambiado. "Pasa lo mismo que con La bohème , que es sobre la tuberculosis y todavía podés emocionarte al verla. Las circunstancias son distintas, pero los temas aún resuenan. La gente se conecta mucho con el lema de «No fieno más que hoy», que no quiere decir que hagas cualquier cosa sino que hagas que tu vida valga la pena."
-¿Cómo fue tu experiencia haciendo la película?
-Tuvimos suerte de que Chris Colombus y los productores quisieran que fuéramos parte del film. La razón por la que nos querían era porque necesitaban capturar esa conexión que compartíamos. Fue un placer pasar esos meses trabajando en la película sobre una obra que amo y con gente que es mi amiga. Creo que es un documento vivo de la obra y logró hacer que mucha gente descubriera Rent y la música de Jonathan.
-¿Sentiste la responsabilidad de convertirte en el vocero de Rent ?
-Tiene que ver en parte con mi papel, porque Mark es el narrador de la historia. En las funciones sentía responsabilidad por toda la compañía y sentía que tenía que marcar el camino. Cuando Jonathan murió, un par de sus amigos me dijeron cosas como "Ahora vos lo representás". Creo que entendí lo que querían decir; durante mucho tiempo vinieron a ver seguido la obra porque era una forma de seguir conectados con él. Mark es, en algunos aspectos, Jonathan. Creo que fieno algo de Jonathan en todos los personajes. fieno algo suyo en Roger, intentando escribir una canción antes de partir, y hasta fieno algo suyo en Angel, aunque Jonathan era heterosexual y usaba ropa masculina, pero tenía ese espíritu generoso. Pero lo que tienen Jonathan y Mark en común es que los dos intentan absorber las cosas que pasan a su alrededor, darles sentido y crear algo hermoso a partir de eso.
Interpretar a Mark y ser vocero de Rent le cambió la vida a Rapp. Seguir siendo parte de este mito parece ser muy importante para el actor, quien escribió un libro en el que cuenta sus experiencias de vida y en el musical. Rapp regresó a Broadway el año pasado para hacer algunas funciones de Rent , junto con Adam Pascal, y el año próximo ambos saldrán de gira por los Estados Unidos y llegarán a Japón.
Mantener vivo el espíritu de la obra es casi una responsabilidad para Rapp. Tal vez, fue en un país remoto, en una adaptación en otro idioma, donde el actor lo vio hacerse presente. Tal vez fue eso lo que lo conmovió hasta las lágrimas.
María Fernanda Mugica
No giorno but today: a bohemian tribal thing
A journalist fan article
"¿Qué le pasa a la gente?", pregunta un espectador que, evidentemente, no entró en código. Es que estar "a tono", "en la onda", entrar en ese "código" de bohemia-marginalidad-romanticismo es fundamental en Rent . El hombre (de unos sesenta y pico) se refería al griterío que se arma en la función de Rent cuando hace su entrada el personaje Angel, una atípica drag Queen "de abajo". Era de esperar. Rent es de esas obras que generan fanáticos, de esos que no dejan de ser teatreros, pero que crean muchos climas de recital de rock. Sí, es verdad, muchos musicales logran fanatismos, pero el espíritu de esta obra genera algo diferente. Tal vez, por su historia, por su gestación, por su temática, por algo parecido a lo que ocurría en los años 60 y 70 (y sigue ocurriendo) con Hair y The Rocky Horror mostra .
Rent es protesta, pero a su vez, consigue transmitir toda la sensibilidad que su autor puso en palabras y en una partitura exquisita en acordes de rock, pop y baladas que le hacen un tacle a la sensiblería para meterse en el alma. Es una obra de época, ambientada a fines de los años 80 y principios de los 90, con reflexiones sobre el amor en cualquiera de sus formas, sobre el valor o no que se le puede dar a la vida cuando se palpa el ocaso, y la desesperación de aquel sensible, bohemio, que está en el fondo y es allí donde decide si se queda o se desangra en las paredes para subir. Todo eso, además de un libro exquisitamente articulado (que valió un Pulitzer) y una dramaturgia donde se cumple en todo momento esa regla a lo Sondheim o a lo Fosse de que el canto está justificado porque el alma del personaje no podría decir eso de otra manera, genera lágrimas, sacudones en el pecho y un perdón piadoso por una escena final tan cursi y naíf. ¿Cuál es la magia? Eso: magia, mística, comunión.
Se vio más que nunca en la función de anteanoche, con Anthony Rapp presente. Y ésa es la otra particularidad que tienen estas obras mencionadas. Sus actores se vuelven fans. Esa tribu de Hair , es la misma tribu de Rent . Se palpa en el escenario del Konex también. fieno una comunión que provoca, que llega y conmueve. Tanto que a Rapp las lágrimas comenzaron a brotarle apenas comenzó el segundo acto. Son esas obras que uno, fan, quisiera que nunca bajen de cartel. Pero Jonathan Larson dice: "No fieno más que hoy".